En el año 2013 habÃa viajado mucho por trabajo a USA y a México. Con el último viaje laboral del año, en Noviembre, habÃa quedado a 5000 millas de llegar, por primera vez, al nivel Elite Platinum del programa AAdvantage, de American Airlines. Asà fue que empecé a buscar qué vuelo podÃa hacer para alcanzar el status que me darÃa un 100% extra en millas bono.
En el regreso de ese viaje, de México, ya tenÃa programado encontrarme con mi mujer en Miami para una semana de descanso. Por lo que me puse a encontrar a dónde se podÃa llegar desde Miami, de modo tal de sumar las 5000 millas.
Para esto (y mucho más), una excelente herramienta es el sitio Great Circle Mapper. Entre todas las funciones que tiene, incluye una en la que podemos ingresar el número de millas y el aeropuerto de referencia, y nos trazará un cÃrculo iluminado con el alcance que puede tener un vuelo desde ahÃ:
Asà que ya ven, el único vuelo que encontré para sumar esa cantidad de millas fue cruzarme desde el punto más al Sudeste hasta el punto más al Noroeste del paÃs. El destino elegido fue Seattle.
Asà fue que un dÃa de la semana que estuvimos en Miami, mi esposa me llevó al aeropuerto bien temprano (mi vuelo salÃa a las 8) y me tomé el avión. El mismo hacÃa escala en Dallas/Fort Worth por una horita, aeropuerto que me lo conozco de memoria, y luego seguÃa a Seattle.
El viaje serÃa ida y vuelta en el dÃa. Gracias a la diferencia horaria entre costa Este y Oeste en EE.UU., los horarios jugaban a mi favor. SaldrÃa a las 8 de la mañana y llegarÃa a Seattle a las 13:10, tras 8 horas de viaje.
Los paisajes, al volar de dÃa, fueron hermosos desde que despegué. Aquà la vista de Miami al partir:
La vista sobrevolando Nueva Orleans:
Y ya en el segundo tramo del viaje, empezaron a aparecer las montañas nevadas en Colorado:
Pero la vista más emocionante fue cuando mi compañero de asiento me alerta que mire por la ventanilla para ver al impresionante Monte Rainier, asomándose por entre las nubes, lo cual indicaba que estabamos muy cerca de Seattle:
El aterrizaje en Seattle también fue muy fotogénico, en especial porque sobrevolamos la fábrica de Boeing, la cual está muy cerquita del aeropuerto.
Aterrizado en Seattle, alrededor de las 13, tenÃa que «correr» para poder visitar todo lo que querÃa en tan poco tiempo.
El primer paso fue encontrar la salida del aeropuerto y llegar hasta la estación del tren que te lleva al centro. Pero, como mi primera visita era al Museo de la Aviación, me tuve que bajar en la segunda estación (Tukwila) y de ahÃ, tomar un colectivo (el 124).
El museo de la aviación es realmente uno de los mejores lugares para visitar en Seattle. Yo habré estado unas 2 horas en total, suficiente como para dar una visita rápida. En ciertos dÃas y horarios también se puede aprovechar para acceder desde el museo a un tour por la fábrica de Boeing que está pegada al mismo. El dÃa que yo fui no habÃa esos tours.
En el museo se pueden ver cosas como el primer taller de Boeing que al entrar se pueden dar cuenta que no era otra cosa más que ¡una enorme carpinterÃa!
También pueden ver uno de los Concorde de British Airways e incluso subir al mismo:
Luego de visitar el museo, volvà a la calle para tomar el mismo colectivo, para llegar al centro. El viaje es de unos 30 a 40 minutos. En esta foto se ve la ciudad cuando estábamos llegando con el colectivo:
Una vez en el centro, lo primero que hice fue dirigirme a visitar el Public Market. Un mercado muy pintoresco lleno de cosas ricas para comprar y comer:
Como se ve en la foto, cuando llegué a Seattle, ya estaba poniendose el sol. Eran las 16:30 de la tarde, pero en USA, en Noviembre, y tan al norte, ¡el sol se esconde a esa hora!
En el mercado se puede también conocer el primer Starbucks. Yo ni me molesté en entrar porque estaba lleno y con muchos turistas sacando fotos:
Aquà otra vista del mercado:
Desde ahÃ, me dirigà a la famosa torre, Ãcono de Seattle, la Space Needle:
Por supuesto que subà y saqué algunas fotos de la ciudad de noche. Bueno, asà se ve Seattle a las 17:25:
Al bajar de la torre, caminé un poco por los alrededores, visité la tiendita de la torre y fui a tomar el monorriel que te lleva nuevamente al centro. En el centro estuve un rato más caminando un poco, pero ya estaba bastante cansado por lo que a las 7 de la tarde, ya estaba camino nuevamente al aeropuerto (mi vuelo de regreso salÃa a las 9 de la noche).
El vuelo finalmente se retrasó unas 2 horas, por lo que terminó saliendo a las 11 de la noche. Para mi reloj biológico, situado en Miami, esto era ¡la 1 de la mañana! Asà que en el vuelo, directo, dormà casi las 6 horas que duró el viaje.
El vuelo llegó a Miami alrededor las 7 de la mañana, casi 24 horas después de haber salido. De más está decir que ese dÃa igual paseamos pero, a la tarde el sueño me venció, y tuve que dormirme una siestita, que no estuvo nada mal.
Seattle es una ciudad que me encantó, y me dejó con ganas de volver en alguna otra ocasión, con mucho más tiempo, tal vez como parte de un viaje que me gustarÃa hacer, recorriendo toda la costa oeste de Estados Unidos, desde Seattle, hasta San Diego. ¡Ojalá algún dÃa se de!
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