Y cuando me pregunto si es seguro me refiero a si es seguro para la salud. He leído muchos blogs en Internet, incluso de mexicanos, en donde no suelen hablar muy bien de la higiene de los puestos de comida callejeros. En mi caso debo decir que he comido en varios de ellos y en todas las ocasiones me parecieron razonablemente higiénicos y seguros. Y jamás me enfermé por comer en un puesto de la calle. Como siempre, hay que saber elegir dónde comer. Hay que observar la limpieza del lugar y, fundamentalmente, la afluencia de gente. Si el público del lugar es numeroso, el lugar seguramente será bueno.
¿Qué se puede comer?
En general, hay de todo, pero esta lista es tan solo una muestra de lo que podemos encontrar:
Jugos y frutas: Son ideales para las mañanas y los días de calor. Les ofrecerán ponerle chile piquín a la fruta, para que pique, pero esto es opcional.
Tacos: Estos son los más variados. Los tradicionales y más sabrosos para mi son los de tacos al pastor. Son los que tienen un trompo de carne, similar al shawarma. También hay de carne asada, muy recomendables. Los de tacos de guisado son otra variedad; en estos el taquero tiene distintos recipientes con distintas preparaciones «guisadas» como ser huevo con rajas, tinga de pollo, moronga, etc. A estos se les puede agregar, opcionalmente, arroz a la mexicana o frijoles. Hay miles de variedades más de tacos y sinceramente no las conozco todas. De los que probé los que menos me gustaron son los tacos de tripa (chinchulín, para los argentinos).
Elotes: Para los argentinos, estos serían choclos. Los preparan realmente muy ricos y es una variedad más grande que la que conocemos en nuestro país. Se suelen servir con mayonesa, chile y queso rallado. Como variante, también se conocen los esquites. Estos son vasitos plásticos con los granos de maiz ya desprendidos. También se suelen servir con mayonesa y algún condimento picante.
Finalmente, si no se animan a comer un taco en la calle, hay muchas taquerías que tienen locales, pequeños, medianos y grandes, donde pueden sentarse más tranquilos pero, por favor, ¡no se vayan de México sin haber probado un taco!